lunes, 27 de febrero de 2012

Libres. Microrelato.

Imagen de alphacoders.com



Le dijo adiós cuando ya estaba lejos, pues cerca le hubiese resultado imposible, aun así, sintió como las lágrimas recorrían sus mejillas. El andén estaba tan concurrido que subió a su tren empujado por la multitud, tan numerosa que ni siquiera le dejó mirar atrás.

Una vez dentro, se abrió paso como pudo hasta llegar a la ventanilla, pero cuando lo logró ella ya no estaba allí. De casualidad la vio alejarse a lo lejos entre la gente hasta subirse a otro de los trenes. Sabía que nunca más la volvería a ver, y esa sensación le apretaba el pecho mucho más que el atestado vagón. Le consolaba vagamente el hecho de que su cabello fuera rubio y sus inmensos ojos azul zafiro.

Cuando el tren arrancó rompió a llorar como un niño. El viaje fue muy largo, ya que a la distancia y la incomodidad  el joven tenía que sumarles que cada palmo que se alejaba de su amada era como una daga que le apuñalaba el corazón. Pero al menos ella era rubia

«El trabajo os hará libres» Se burlaba el cartel de bienvenida.  Pero todos los del tren sabían muy bien que una vez cruzado el umbral de Auschwitz lo único que les haría libres sería la muerte.

1 comentario:

  1. ohhh realmente bueno, mi padre me conto cuando fue la ultima vez que vio a mi abuelo cuando se fue a luchar contra franco en la guerra civil y realmente vi esa estampa en mi mente y es realmente desgarrador.

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